Los restaurantes usualmente abusan de la sal, grasa y/o azúcar para darle sabor a las preparaciones.
Algunos tips de nutrición para viajar sin miedo y alimentarse bien, cortesía de Sasso (el auto-nombrado nutricionista de Subite al Chunche, cofundador de Pura Prote):
- Cocinar siempre que tengamos acceso a una cocina. Nada como comidita casera.
- Saber ordenar en restaurantes. Priorizar comidas que nos hagan sentir bien todo el día, y evitar bombas pesadas que producen bajonazos. Buscar abundancia de vegetales, legumbres, granos enteros, y fuentes de proteína (idealmente que no sean fritangas).
- Minimizar el consumo de “productos de niños”. ¿Cómo identificarlos? Si un niño promedio se emocionaría por comerlo, probablemente sea carente de nutrientes y una mala decisión alimenticia.
- Debido al desbalance de macros inevitable en cualquier viaje, es recomendable llevar un suplemento de proteína limpia para contrarrestar.
- En la calle es muy difícil conseguir la dosis diaria de micronutrientes que nos ofrecen los vegetales verdes. Recomiendo suplementar estos micros para “cubrir las bases” y mantener las defensas en alto (idealmente usar una opción limpia que no lleve aditivos, solamente hojas verdes desecadas y molidas).
- No le tengás miedo a comer cosas crudas. Es súper valioso tener acceso a las vitaminas y minerales que aportan las frutas y verduras sin cocinar, y la probabilidad de enfermarse por un tomate mal lavado es muy bajo. Si estamos hablando de un viaje largo, recordemos que debemos tener el enfoque a largo plazo. El beneficio de una buena alimentación opaca el diminuto riesgo de un malestar pasajero.